A la Luna que sueños hará realidad.
Al que no tienes secretos que confiarle, que ofrece mentiras sin parar. A quien no pide perdón, más lo tendrá. Bienvenido el llanto y su consuelo y el presagio de nieve en el cielo. Bienvenido el que sonríe, quien tropieza y sigue y el que un buen consejo siempre te da. Bienvenido aquel que no cambiará lo que somos hoy.
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